“Señor, enséñanos a orar”. (Lucas 11,1-13)
El Padrenuestro no es una fórmula mágica. No basta con decirla para que algo se produzca. Rezar el Padrenuestro nos compromete. Si reconocemos a Dios como Padre, no podemos menos que buscar vivir como hijos e hijas suyos. Jesús no sólo nos enseña cómo y qué rezar, sino que, al mismo tiempo, nos está enseñando cómo deberíamos ser y cómo deberíamos vivir, para que nuestra oración sea cada vez más verdadera.
Mi reflexión sobre el evangelio de este domingo XVII del tiempo durante el año, ciclo C, 24 de julio de 2022.
Y además:
24 de julio: II Jornada mundial de los abuelos y mayores
25 de julio: Apóstol Santiago
26 de julio: San Joaquín y Santa Ana
29 de julio: Santos hermanos Marta, María y Lázaro.
Bendiciones.
+ Heriberto, Obispo de Canelones, Uruguay.